julio 18, 2013

¿EL AMOR Y LA AMISTAD SON IGUALES O SÍ EXISTEN DIFERENCIAS? Y ¿EL AMOR ES INCONDICIONAL?

[Pregunta que un amigo me hace por vía e-mail; lo siguiente es mi respuesta por la misma vía]

Bueno, en lo que entiendo, mi hermano K., amor y amistad no son iguales, pero sí van relacionados uno de lo otro. Y de hecho implican varias cosas, pero trataré de darme a entender. Antes de partir, creo que nos iremos hacia el contexto bíblico de este asunto entre los creyentes.

El amor es un fruto del Espíritu Santo en el creyente, en el cual se muestra afecto o benevolencia según el significado en el idioma griego (por esto no puedo llamarlo una expresión humana, sino sobrenatural, que proviene de Dios); y por lo que en “ágape”, es un amor en grado supremo, que va más allá de toda medida, y que tiene por objeto a Dios y al prójimo. Es decir, no solo tiene su objeto en Dios, sino también para con el prójimo porque en Cristo mostramos el amor de Dios que ha sido derramado en nuestros corazones (Romanos 5:5). Recordemos que antes de Cristo, estábamos muertos en nuestros pecados, y peor aún, éramos aborrecedores de Dios (Romanos 1:30; Efesios 2:13). Claro está que el que ha nacido de nuevo, ama (muestra afecto y benevolencia) a su hermano y a Dios. En la regeneración o nuevo nacimiento, Dios implanta una nueva vida en mí, me da un corazón nuevo cambiando el de piedra, en el cual me da el poder y la libertad del pecado para poder obedecer Sus mandamientos, en estos casos, amar a Dios y a mi prójimo (es decir, no hace violencia fortuita, sino que concede la libertad del pecado para poder amar). Amar es una evidencia de que Dios mora en mí y que conozco a Dios (1 Juan 4).

Pero la amistad, entra el terreno de las relaciones restauradas (dentro del contexto bíblico entre Dios y los hombres, claro). Aquí creo yo que radica la diferencia: Mientras el amor es una manifestación del fruto del Espíritu Santo de Dios de mí hacia a otros; la amistad es el lazo que me une a otra persona, en este caso, con los de la familia de la fe. Por ejemplo, hablamos de amistad del tipo de Abraham que era el amigo de Dios (Santiago 2:23), o como Jesús que implica que somos Sus amigos si guardamos sus mandamientos (Juan 15:13). Respecto a Dios recuerda, Carlos, nuevamente, que antes éramos enemigos de Dios, pero en Cristo Jesús hemos sido reconciliados y justificados por medio de Él (Romanos 5:1-2). No se puede hablar de amistad con Dios o con los hombres, si primero no hay una restauración y reconciliación entre Dios y los hombres por medio de Cristo. Claro está que dentro de la imagen y semejanza de Dios el ser humano muestra amor a otros (no a Dios, puesto que sin conversión sigue siendo enemigo de Él); por ejemplo: El amor natural entre padres e hijos. Estos han recibido una luz respecto a lo bueno de Dios, aunque no necesariamente es un amor en grado sumo como el ágape.

Nos encontraremos en la Biblia, especialmente en la Iglesia, que la amistad crea, valga la redundancia, lazos fraternos. Es por default que he de ser amigo de mi hermano, porque el amor de Dios en mí me mueve a ello por causa de la unidad de la Iglesia (Efesios 4:3-6). El lazo o la relación fraterna que me une a mi hermano, demostrando a su vez mi amor por él, es evidencia de que he nacido de nuevo y de Dios está en mí.

En lo que entiendo, me parece clara la diferencia, el amor es una manifestación del fruto del Espíritu Santo en el creyente, concedido por Dios; mientras que la amistad entra en el contexto de las relaciones o lazos espirituales entre los creyentes.

Respecto a la 2da. Pregunta, es muy buena e interesante…. ¿El amor es incondicional? Bueno, primero, dentro del contexto de Juan 15:13, dice que somos amigos de Cristo si guardamos nuestros mandamientos. Claro que el que es nacido de nuevo, el que ha sido convertido por Cristo y traído a Dios para salvación, muestra como evidencia de su conversión y de su fe, que guardará los mandamientos de Cristo, esto es: Amarse unos a los otros. Creo una cosa va consecuente de la otra. En este pasaje, no es tanto una condición: “Si me amas, guarda entonces mis mandamientos”, sino más bien, la implicación de  una evidencia del que ha nacido de Dios y tiene la nueva naturaleza o la vida nueva en el creyente, indefectiblemente amará a otros, a sus hermanos y a Cristo mismo. Pero este amar a otros, hace énfasis específico, en el contexto, que es un amor entre los discípulos de Cristo o los de la familia de la fe. Hablamos del contexto de este pasaje. Ciertamente amamos a nuestros enemigos, pero ellos no nos aman a nosotros. Otra diferencia.

Ahora, volviendo a si el amor es condicional e incondicional. Muy buena pregunta…. Creo que el amor mismo condiciona o propone condiciones sobre otras situaciones y retiene sus beneficios dentro del contexto de la iglesia. Cuando decimos el amor es incondicional se entiende que el amor por sí mismo es incondicional, pero creo que el asunto diferente que el amor propone condiciones. Me explico: El ejemplo más claro, la disciplina dentro de la Iglesia. Jesús dice que si tu hermano peca contra ti y se arrepiente, perdónale. Pero no dice que si peca contra ti perdónale de una vez (Lucas 17:3-4, compara con Mateo 18:15-22). En este sentido, por causa de la ofensa y el pecado en la Iglesia, el perdón es retenido, porque no se puede tolerar el pecado a menos que haya arrepentimiento. Claro está que toda disciplina es con el fin de restaurar al hermano desobediente con amor y mansedumbre, pero esto será cuando haya arrepentimiento (Gálatas 6:1). Creo que es bíblico, porque Dios no nos ha perdonado hasta que nos arrepentimos de nuestros pecados y confesamos a Jesús como SEÑOR y Salvador. De la misma manera, la Iglesia sigue ese patrón o modelo dejado por nuestro SEÑOR. Claro, al que ama, disciplina, por eso hay disciplina entre los hermanos. Eso los mueve. El amor siempre está del lado de la verdad y de la santidad. Y la misma benevolencia ha de ser mostrada cuando un hermano se ha arrepentido. ¿Qué beneficios pierde un hermano que ha pecado en la congregación? La comunión con los santos (Nuevamente compara Mateo 18:15-22). El pecado obstruye los lazos fraternos entre los miembros. Y si de plano no hay arrepentimiento, puede llegar al extremo de la excomunión, pero esto es para su bien. Si es hijo de Dios, vuelve, sino, es bastardo (Hebreos 12). Asi que, dentro del contexto de la Iglesia, e incluso en otras áreas como la familia o en la educación moral de los hijos.